Mostrando entradas con la etiqueta patucos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta patucos. Mostrar todas las entradas

viernes, 20 de mayo de 2016

Patucos de bolillos.

 Cuando empieza el calor, tus propias manos pueden dañar los hilos o las telas con las que estás trabajando. Una opción para no abandonar tu taller mientras vuelve el frío es realizar una técnica en la que no toques directamente los materiales. Y esa técnica puede ser encaje de bolillos. Desde un pañito cuadrado hasta un chal, pasando por una bolsa, una puntilla para un mantoncillo o un babero, tienes tantas ideas que el verano se hará muy corto.
 De todo lo que he hecho en bolillos, mi obra fetiche son estos patucos:




 Las distintas piezas se realizan por separado. Tres en total : puntera, talón y suela. Si quieres un acabado delicado, debes utilizar Fincrochet del número 100. Y si buscas un toque antiguo, elige el color crudo en vez del color blanco. Cualquiera de estos hilos los encuentras en la Mercería El Siglo de Zaragoza.



 Como ves, hacen falta bastantes bolillos, en este caso, para la suela.


 Cuando tengas las tres piezas terminadas, únelas con pequeñas puntadas. Si haces una cadeneta de croché, las uniones quedarán demasiado marcadas.



 Cuando ya los has terminado, ¡no puedes evitar sonreír!


 Vamos a enseñarlos en Menuda Inspiración.

sábado, 23 de abril de 2016

De croché.

  Pertenezco a una saga de encajeras de croché. Todas hacemos. Abuela Nati hasta nos hizo bañadores de croché, con un estilo... Como aprendí a hacer croché a la vez que aprendía a leer, me parece que cualquier cosa se puede hacer en croché. Me sorprendía que mis amigas no hicieran croché.

 Nadie hace el croché tan exacto como mi Madre. Nunca le sobran ni le faltan puntos, queda perfectamente alineado, y ni tenso ni flojo. Claro que tiene una amplia experiencia. Sus frases siempre empiezan "...dos, tres y cuatro...", y luego te dice lo que sea. El hilo se desliza entre sus dedos con ritmo hasta que tropieza con la aguja asida en elegante gesto. Seguro que conserva aquel angelito que hice con mil fallos y bien apretado. Hasta que descubrí que el Tridalia del número 5 ó del 8 no era lo mío. Me escondía con una aguja suya del 16 y con hilo de bovina hacía croché hasta que sospechaba que me echaban de menos.



 Bastante codiciados han sido los agarradores de croché de mi Madre y el paño a juego, de combinados colores. Yo también me lancé al mundo de la cocina...



 Y también he seguido a mi Madre en el mundo de los baberos, añadiendo patucos a mi repertorio.


 

  



 El punto de jazmín fue una historiaaaa. Nadie como mi abuela Josefina para hacerlo, pero para explicarlo... Era difícil cogerle el tino. Hasta que llegó mi Tía MariNaty y aquello salía a la vez que te contaba lo que ocurrió en casa hace unas décadas. Y no sabías cómo pero hacías punto de jazmín sin pensar, y lo que ocurrió en casa, ya lo sabías, pero nadie te lo había contado así!! No dejabas de escuchar porque hasta esperabas un final diferente...


  También he hecho puntillas para un juego de toallas doble para mi ajuar.



 Bolsitos, chaquetas, puntillas, camisones y batas, edredones, colchas, bolsas de labores... Mamá ha hecho de todo, y sigue!!! Y yo la sigo de cerca...



   Hasta bolsitas con bombones en nuestra comunión. Y repitió en la boda de mi hermana !!